Memoria
Villas Vistapalma es un conjunto de viviendas que surgió gracias a la iniciativa de 6 familias independientes, que se agruparon para comprar en común una parcela, y construir sus respectivas viviendas, dotándolas, además, de amplias zonas comunes con espacios verdes, piscina y zona de juego de niños.
La parcela que compraron goza de unas vistas absolutamente inmejorables, que abarcan desde La Isleta y el istmo de Las Palmas, hasta el campo de golf de La Minilla. Como contrapartida, estaban el terreno, abrupto, y el carácter ventoso de la zona. Estos tres factores, junto con el soleamiento, determinaron el desarrollo de todo el proyecto posterior.
El terreno
Como punto de partida, se colocaron las viviendas a lo largo del lindero con la vía pública, la zona más elevada y horizontal de la boca de barranquera que constituía la parcela, y desde donde podían enfocarse mejor las viviendas hacia las privilegiadas vistas. A pesar de buscar la ubicación más ventajosa, en una de las viviendas fue necesario recurrir a micropilotes, ya que parte de la boca de la barranquera llegaba a una zona de su cimentación. La zona de viviendas constituye el primero de los bancales en los que se organizó la parcela.
El siguiente bancal contiene las zonas comunes vivideras, piscina, solárium y juego de niños. También en parte de esta zona hubo que micropilotar.
Finalmente, el bancal inferior constituye la barranquera original y se dejó como zona ajardinada de la urbanización.
Las vistas
Como no podía ser de otro modo, la primera vocación de las viviendas fue orientarse hacia las espectaculares vistas y dar lugar a espacios vivideros con grandes ventanales que las enmarcaran y pusieran en valor, del mismo modo que un marco adecuado realza una buena fotografía.
Se decidió orientar todas las estancias de día de las viviendas, así como los jardines, hacia las vistas, en la parte delantera de las subparcelas individuales, agrupando los dormitorios, o zona de noche, en la zona posterior.
El viento
Debido al viento que sube por la barranquera, las viviendas disponen de un patio abierto, o segundo jardín protegido, para que se pudiera seguir disfrutando del espacio exterior de las casas, y las vistas, aún en los días más ventosos.
Este “jardín protegido”, se colocó entre la zona de día y la zona de noche de cada vivienda, resultando que cada una de estas 2 zonas se conformaba en 2 “cajas” macladas, cuatro “cajas” en total, y uniendo las “cajas” de día con las de noche, se colocaron unas “grapas”, con las escaleras y entradas a las viviendas desde este patio o jardín protegido.
Estos jardines, protegidos del viento, se situaron detrás de las “cajas” con doble altura que contienen los salones para que los resguardaran, pero, aun así, desde ellos se sigue disfrutando de las vistas, ya que se dispusieron sendos ventanales enfrentados, en las fachadas laterales de los salones, para conseguir esta posibilidad.
El soleamiento
Otro elemento que configuró las viviendas fue el soleamiento, para aprovecharlo al máximo, el patio abierto, o jardín protegido del que hablábamos, se situó en la zona sureste, y la casa, configura en “C”, a su alrededor, abrazándolo.
Para proteger los huecos exteriores del soleamiento, se colocaron aleros horizontales en las ventanas orientas al sur y aleros con elementos verticales en las orientadas al este. No se abrieron huecos en las fachadas oeste, ya que las viviendas, aisladas, se colocaron adosadas al lindero oeste con el vecino, para un mejor aprovechamiento del jardín y tener más amplitud en el patio abierto, de entrada a la vivienda, del que hablábamos antes.
Pero quizás los elementos con más protagonismo de las viviendas son los miradores. Desde un principio, todos los propietarios coincidieron en que querían que el programa de necesidades de sus viviendas se desarrollara en una sola planta, dejando sólo para la planta superior una zona para estudiar, un despacho o una biblioteca; una caja negra que se asoma hacia las vistas, terminando en un balcón-mirador en el que la piel se perfora y se diluye.
Ubicación