‘Casas apiladas’. Edificio de viviendas, locales y garaje en la calle Lola Massieu, Telde

Ubicación
Calles Lola Massieu 4 y Los Gofiones 6. 35200 Telde
Año de terminación
2019
Superficie total construida
3.528 m2

Estudio
Romera y Ruiz Arquitectos
Arquitecto
Pedro N. Romera García
Arquitecta
Ángela Ruíz Martínez
Arquitecta colaboradora
Carlota Ardanaz Petit
Arquitecta colaboradora
Yudit Barreto Martín
Arquitecta colaboradora
Rosalba Santana González
Arquitecto colaborador
José M. López Cabrera
Arquitecta colaboradora
Ester Marrero Pérez
Arquitecto técnico
Juan Manuel Peláez Hernández
Ingeniero
Constantino Juan Gonzalvo Ortíz
Ingeniero Telecomunicaciones
Virgilio Rodríguez Pérez
Promotor
Cofital Quince SL
Constructor
Las Maguas 2008 Construcciones SL

Memoria

‘Casas apiladas’

Apilar era una de las actividades primigenias del hombre, según la clasificación de Semper. Este proyecto de 25 viviendas sostenibles pretende construir mediante el apilamiento de tubos de hormigón de sección casi cuadrada (3,65×3,20m.) que como bases de circuitos impresos mantengan en ellos todos los elementos invariantes de la casa. El acondicionamiento de esta estructura inicial se realiza con elementos sencillos, permitiendo alternativas múltiples sólo condicionadas, mejor sería decir motivadas, por los servicios existentes en la infraestructura inicial. Desde las instalaciones más comunes (agua, saneamiento, electricidad, ventilación…) hasta las redes de telefonía e internet, el tubo permite alojar todos los terminales que conviertan este cobijo en una estación de comunicaciones; quizás pueda ser esta la cualidad más específica de las habitaciones del presente siglo. El interior de cada casa conserva esta idea de simplificación jerárquica y mayor complejidad de los usos (salón-cocina-comedor). Como cuando comenzamos a jugar una partida de ajedrez, el interior de una casa debería de mantener lo incierto de cada partida. La caja inmóvil exterior da lugar a otras cajas interiores. Cajas leves, casi tejidos, que cambian de posición y se adaptan con precisión a los usos requeridos. La jerarquía se reduce a dos categorías, espacios privados y espacios comunes, siendo estos últimos los que permiten un mayor número de alternativas.

La luz en Telde no es escasa, permitiendo terrazas profundas que tamizan y gradúan su utilización, algo similar a la generosa profundidad de los aleros de las casas japonesas. El tubo de hormigón, base de la casa, genera un patio horizontal que por el tipo de cerramientos y su configuración nos remite continuamente a la percepción de un espacio único que da a la plaza de la calle Lola Massieu como proyección horizontal de la fachada. Las terrazas profundas hacen las veces de brise-soleil, por lo que es posible el uso de cerramientos de vidrio. El tubo horizontal se habita al cortarlo por planos verticales que hacen de diafragmas lumínicos. Estos planos van desde la total opacidad que permite la proyección de diapositivas hasta elementos de vidrio totalmente transparente. La casa utiliza la luz directa de ambas fachadas, aprovechando su desarrollo en un plano único desde la entrada, dejando libre el tubo, por donde se conduce la luz hacia patios interiores junto al acceso de cada vivienda. La luz penetra allí desde las galerías que dan a la calle Gofiones, subrayando la sensación de espacios lineales sumergidos, que reciben la luz directa filtrada por los diafragmas verticales de hormigón con color cambiante a lo largo del día. Es fácil apreciar fisuras luminosas que resbalan por las paredes laterales para introducirse en el interior de las viviendas.

La claridad de la lectura compositiva del modelo arquitectónico hacia la plaza se resuelve en cinco plantas más ático retranqueada, y determina el carácter del edificio como el de su espacio libre vinculado. Solucionar la necesidad de habitar de los ocupantes así como las funciones de esparcimiento colectivo en la plaza, ha sido uno de los objetivos para el conjunto. Los espacios de circulación a cada vivienda contribuyen a la intimidad inalterada por la comunicación que privadamente se establece a cada célula habitacional, a través de los patios verticales previos en el acceso, así como las penetraciones de luz del exterior desde la calle Gofiones. Esta permeabilidad luminosa complementa la posibilidad del interior para disponer ventilación cruzada. En el esquema organizativo del conjunto, cada vivienda comparte con la siguiente -posterior o anterior- un muro límite de celosías de hormigón, que una vez es un plano continuo y otra se perfora a modo de mirador, buscando una mayor flexibilidad estructural que alberga a los espacios servidores. La sucesión de elementos horadados va resolviendo los accesos a las viviendas, contenidas entre el muro celosía de geometría variable, mediante los denominados `luminoductos’, dotando a cada una con un trozo de cielo de luz exterior. Así en cada vivienda, un tubo de sección rectangular es atravesada por la luz que llega a su interior, desde la terraza hasta los patios y galerías posteriores de colores, tratando de confinar y manipular la luz solar a través de la sección.

Ubicación