Memoria

Se trata de una vivienda unifamiliar aislada de dos plantas de altura y semisótano.

La imagen exterior de la casa obedece al entorno en el que se asienta, de manera que la disposición de los huecos de fachada surge ante la búsqueda de las mejores vistas y orientación, cerrándose hacia su cara norte para protegerse de los vientos dominantes y apareciendo salientes y rehundidos en el resto de sus caras. El acceso principal se sitúa en el lateral sur, aprovechando la propia volumetría para crear un espacio exterior protegido. 

En los materiales de fachada se combina un revestimiento continuo blanco, con contraventanas de resina acrílica integradas y paneles de hormigón texturizado, junto a lamas de este mismo material colocadas estratégicamente, acompañando la geometría de la edificación.

Los dormitorios y estancias principales se sitúan en torno a un patio central, accediéndose a ellos mediante corredores, interpretando el patio tradicional canario.

Este patio es el corazón de la casa, estableciendo una íntima conexión con los espacios interiores, a los que abastece de iluminación, dando acceso a la cubierta y rematándose mediante un torreón mirador.

En el interior abundan materiales como el aluminio, el vidrio o la madera, dando una especial importancia a los distintos sistemas de iluminación, ya sea natural mediante grandes paños de cristal en orientaciones determinadas, o artificial con la disposición de iluminación lineal indirecta.

El vallado exterior de la parcela dialoga con la vivienda, siguiendo la secuencia de elementos verticales del interior, quedando camufladas las puertas de acceso en los panelados de aluminio que conforman el frente a la calle.

Desde la fase de proyecto se ha tenido en cuenta la sostenibilidad, adoptando medidas que van desde la propia forma, aislamiento térmico y la disposición de los huecos de fachada, hasta la integración de últimos sistemas de ahorro energético en las instalaciones.    

Ubicación