Vivienda unifamiliar en la calle San Cristóbal de la Laguna, Pedro Hidalgo, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Calle San Cristóbal de La Laguna 205. Pedro Hidalgo. 35016 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2019
Superficie total construida
94 m2

Arquitecto
Carmelo Suárez Cabrera

Memoria

La parcela objeto del proyecto tiene una superficie total de 94,00 m2. Esta parcela se corresponde con la división original del suelo en el proceso de creación del Barrio de Pedro Hidalgo.

La edificación se dispone en la parcela alineada con los mismos límites de la parcela. Existen dos edificios colindantes que permiten la identificación de las alineaciones de la parcela de forma precisa.

Existe un desnivel en la rasante de la fachada de 70 cm, y entre esta rasante de la calle San Cristóbal de La Laguna y la parte posterior del solar existe un desnivel de 9,00 metros.

La solución organizativa de la vivienda se resuelve con una crujía en la que se sitúan los dos dormitorios y el baño, y otra crujía en la que se sitúa la zona de día (entrada, estudio, trastero, cocina y estar).

Esta vivienda se proyecta con acceso por la calle de situación del solar, y se deja elevada con respecto a terreno natural del mismo. Se considera que esta ladera, tal como se encuentra, es un relicto de la antigua ladera donde se trazó el Barrio de Pedro Hidalgo, y desde este enfoque se condiciona el proyecto a la preservación de esta pieza, que queda en diálogo con el suelo rústico inmediato y con la ladera superior que también se conserva en su estado original.

Con la finalidad de mejorar las condiciones de soleamiento de las piezas orientadas hacia el norte se eleva la altura del techo de la zona de entrada y del dormitorio situado en la fachada principal con la finalidad de conseguir un mejor acondicionamiento climático de las mismas aprovechando el desnivel, que queda con orientación suroeste.

El cerramiento hacia el suelo rústico se trata como una falsa fachada, dando continuidad al tratamiento de huecos de la parte de vivienda, y vallando en la parte inferior para controlar el acceso al suelo libre. A este suelo se accede mediante una escalera desde la cota de la vivienda, que se sujeta a la estructura metálica inferior.

La preservación del suelo natural en ladera de la parcela se desvincula de proceso tradicional del Barrio de Pedro Hidalgo que, al igual que otros barrios de la periferia de la ciudad de LPGC, ha adoptado una morfología producto del subdesarrollo y la extrema explotación y pobreza de las familias que han recurrido a estos suelos para resolver su dramático problema de la vivienda. Una situación económica que, en los años del desarrollismo franquista, hizo de este recurso un largo proceso donde el grupo familiar empeñaba sus ahorros iniciales en la adquisición de una parcela, que normalmente carecía de la mayor parte de los servicios urbanísticos, y que tenía una configuración topográfica de fuertes desniveles, en suelos áridos no colonizados por la actividad agrícola.

El proceso de construcción se iniciaba con una gran dedicación de medios a consolidar la cimentación de la edificación en la cota inferior de la parcela. Luego un proceso de muchos años de esfuerzo familiar iniciaba la construcción de los primeros recintos habitables en las cotas bajo rasante, con condiciones de habitabilidad muy limitadas. Para, finalmente, alcanzar la cota sobre la rasante y el acceso desde el vial público. 

Este proceso es el que dio lugar a la actual conformación paisajística característica de los Barrios de los riscos de esta ciudad. S. Juan, S. José, S. Bernardo, S. Roque, etc., responden a este proceso histórico. 

El solar en el que se interviene posee la ventaja de que conserva una buena parte del suelo original y permite abordar la construcción desde un nuevo enfoque. La memoria del lugar queda explícita, y ayuda a conformar los espacios que permitirán que en el límite de la ciudad la solución arquitectónica no sea ciega su situación concreta.

El aprovechamiento de la parcela permite resolver las demandas habitacionales más elementales, pero con la solución proyectada sigue perviviendo la ladera original, que se integra en el proyecto como un espacio natural de uso y disfrute con uso de jardín y estancia al aire libre. Al mismo tiempo, esta solución preserva los elementos naturales originales que, en este caso tienen una continuidad directa con la ladera existente montaña arriba hasta la calle Hoya del Rosario.

Para esta vivienda se proyectó un sistema constructivo adaptado a la singularidad de la solución propuesta.

La estructura se resuelve con cuatro pilares de hormigón armado, situados a pares junto a las paredes medianeras, partiendo el vano total, y dos muros de cerramiento de hormigón armado en ambos linderos de fachada. 

Sobre los pilares de hormigón, y sobre el muro de la fachada posterior, se continúa la estructura con un sistema de estructura metálica, con cerchas sobre los pilares de hormigón y con pilares sobre el muro posterior. Esta solución hizo posible traer la estructura metálica prefabricada de taller y colocarla en su sitio directamente con grúa, sin necesidad de ningún tipo de andamios.

El primer forjado, ejecutado con placas alveolares, se dispone directamente sobre el anterior sistema estructural, a la cota de la rasante de la calle de acceso.

A partir de esta fase de ejecución la obra se continuó desde la calle de acceso principal, dando continuidad a la estructura metálica vertical, y ejecutando el forjado de cubierta con un entramado metálico y forjado seco con chapa colaborante.

Toda la envolvente de la vivienda se ejecutó cumpliendo con altos requisitos de conforte térmico y acústico.

El resultado final es el de una vivienda unifamiliar con una distribución interior organizada con alta funcionalidad, y con una diversidad de situaciones de uso y disfrute:

  • Espacio interior de la vivienda, segregado funcionalmente, con continuidad espacial, comunicación visual con la ladera inferior mediante vidrio en el suelo, amplias vistas hacia el suelo agrícola colindante, buen soleamiento gracias a la diferencia de altura de techos que permite la entrada del sol en todas las dependencias, especialmente en invierno, cocina integrada, almacenamiento y servicios en el núcleo central.
  • Azotea, a la que se accede directamente desde la pieza de acceso a la vivienda (que es la zona de trabajo) mediante una escalera abierta a esa pieza. Escalera ejecutada en chapa plegada y sujeta con tirantes de acero corrugado. La azotea es un lugar de estancia más, con vistas a la zona agrícola, que mantiene su privacidad por la mayor altura de la fachada principal, y de los edificios colindantes.
  • Entreplanta bajo la vivienda, es un espacio al que se accede mediante una escalera de chapa plegada, que se soporta por dos chapones que cuelgan del forjado de piso de la vivienda, todo ello aislado térmica y acústicamente. Se genera una tarima sustentada en el cordón inferior de las dos cerchas sobre las que se apoya el forjado. Es un lugar de un microclima muy diferenciado, y que tiene una interesante vista hacia el exterior, y sobre el mismo risco que forma la ladera.
  • Ladera de risco volcánico, se ha mantenido en su estado original. La parte inferior, más llana, se dedica a zona de jardín y pequeño cultivo. En el risco se dispone una flora de rocalla, de veroles, pitas, etc. Materiales: 
  • Hormigón visto en los paramentos verticales inferiores de las dos fachadas.
  • Chapa microondas de aluminio, en rojo en la fachada principal y en plata en fachada posterior y azotea.
  • Carpintería de acero galvanizado en accesos principales en las dos fachadas.
  • Carpinterías de aluminio en huecos exteriores de ventanas de la vivienda.
  • Hormigón visto en cara inferior de forjado de vivienda.
  • Estructura metálica vista, terminada en Oxirón forja. 

Ubicación