Memoria
La parcela situada al margen sur del Barranco Real de Telde, de 17.120 m2 y atravesada por el Barranquillo de la Angostura, se caracteriza por su forma alargada, por su relieve y concavidad, propios del barranquillo que contiene.
Existen tres edificaciones, “la casona”, vivienda tradicional, vinculada al pasado agrícola de esta parcela, edificación recogida en el catálogo de patrimonio histórico municipal, Módulo A. En su parte posterior existía un aulario que corona, entre barrancos, y remata el lindero a levante, Módulo B. Frente a estas edificaciones existía otra más reciente de una altura. El conjunto acumula un desnivel de 10m desde el acceso hasta el patio frente al módulo C.
Esta variedad y diversidad edificatorias y morfológicas se suman a las exigencias de cumplir con el programa educativo exigido por normativa para centros docentes que imparten enseñanzas de secundaria y bachillerato. El proyecto atiende esta diversidad dando respuesta específica las acciones cometidas en cada edificación, presta especial atención a las conexiones entre edificaciones, generando nuevos espacios de transición entre ellas, que dotan al conjunto de mayor cohesión, mejoran la accesibilidad, permiten recorridos alternativos y sectorizar, en caso de necesidad cada edificación con sus espacios libres y patios. Esto permitió que se habilitara parte del colegio mientras continuaban las obras en otro módulo.
El aulario en disposición lineal alojado en el módulo B, se remata con un patio longitudinal. El modulo A, preside el acceso peatonal del colegio, devolvemos el protagonismo al patio interior. El módulo C, se amplia en dos alturas, pese a ser la edificación de mayor volumen, no se percibe como la protagonista en el conjunto, dada su posición y la disposición de un paño de carpintería de vidrio y aluminio que refleja la casona. Siendo la escalera que lo remata en uno de sus extremos, la que preside el patio deportivo. Solo en el interior de este módulo se perciben sus verdaderas dimensiones, al despojarse del contexto, el interior expresa su condición espacial y justifica su disposición volumétrica y de envolvente exterior.
El conjunto forma un paisaje completo, propio de las medianías de la isla, taludes ajardinados con aeonium, verodes y tabaibas, diferentes estratificaciones, rampas y desniveles conectados por piezas que además de permitir la comunicación entre las partes, son pequeños lugares de estancia donde pasar el recreo. Estos espacios, de trazas casi escultóricas, singularizan este nuevo colegio.
Ubicación