Memoria
Una empresa canaria, dedicada a la dermatología nos plantea el reto de crear la nueva imagen para una de sus clínicas. En este caso, el espacio era reducido y debíamos recoger el programa sin cargar el local.
El mostrador, una pieza diseñada al milímetro organiza el espacio y se presenta casi como una escultura de mármol y roble frente a la entrada. Perseguíamos la idea de atraer las miradas, donde el escaparate mostrara sutilmente el negocio a través de las piezas arquitectónicas que dibujan sofisticadamente el espacio.
La pérgola de madera se estira como una tela de araña dejando pasar la luminaria que salpica todo el espacio. La caprichosa forma del mueble de recepción surge de buscar todas las líneas de sombra que deja la pérgola.
El mobiliario de roble va creciendo a lo largo de la pared como un gran contenedor de almacenaje y expositor de cosmética.
La imagen final de esta pequeño local es elegante y sofisticada pero lejos de dar esa sensación claustrofóbica de la que pretendíamos huir.
Ubicación