Mejora de la accesibilidad entre el centro comercial ‘Atlantic’ y Playa del Inglés, San Bartolomé de Tirajana

Ubicación
Calle Las Dunas s/n. Playa del Inglés. 35100 San Bartolomé de Tirajana
Año de terminación
2019
Superficie total construida
392,89 m2

Estudio
HUCA Arquitectura SLP
Arquitecto
Hugo A. Ventura Rodríguez
Arquitecto
Manuel Arencibia Beautell
Arquitecto técnico
Edward Lynch Pastor
Promotor
Consorcio Maspalomas – Gran Canaria
Ingeniero industrial
Francisco González Vargas
Constructor
Garval Advisors 2009, SL

Memoria

En esta propuesta, se ha abordado la intervención de una forma unitaria y coherente, dando la misma respuesta arquitectónica, tanto en lo formal como en lo constructivo, a los dos elementos principales de la propuesta: la escalera renovada y la torre del nuevo ascensor.

La potencia del lugar (la inmediata presencia de Playa del Inglés, los pronunciados escarpes del entorno próximo y de El Veril, visibles desde la zona de proyecto), las agresivas condiciones ambientales en diversos momentos del año, y sobre todo, la presencia cercana de un elemento natural tan valioso y potente como la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas han influido de manera notable en el diseño del conjunto.

Proceso de diseño en el cual la carga temática, la cual entendemos como factor necesario para generar una identidad propia y diferenciadora en el nuevo espacio público turístico (que en el fondo no deja de ser un espacio lúdico-recreativo) debe quedar patente haciéndose eco de los valores del lugar, de lo particular del destino, pero sin caer en el formalismo obvio que tanta presencia ha tenido en el destino durante décadas.

Y es esa búsqueda de la identidad, de una imagen potente y definitoria, la que nos lleva a fijarnos en el extremo opuesto, respecto del ámbito de intervención, de este gran espacio natural: la omnipresencia de las Dunas del Oasis, cuyas siluetas marcan el horizonte del lugar para los usuarios, y la marcada verticalidad del Faro de Maspalomas, que corona el final del paseo marítimo natural que conforman la playa homónima y la del Inglés.

Así, los muros de la escalera forman unas nuevas dunas, montículos de hormigón armado de geometría quebrada, pigmentado en color neutro y abujardado con el fin de asimilarse a las texturas más inmediatas (la arena y los escarpes de El Veril), y por las cuales ascienden y descienden los usuarios hacia la playa o el Paseo Costa Canaria, de forma análoga a como lo hacen otros usuarios, apenas a un kilómetro de distancia, a través de las crestas de las verdaderas Dunas. A su vez, el ascensor se convierte en una torre blanca que emerge de esa misma «arena pétrea» que forma el hormigón coloreado y abujardado, y se remata con una óptica atípica e irregular (en consonancia con el lenguaje del proyecto), que se ilumina por la noche para servir de referencia a los visitantes. Así, el elemento vertical diseñado es algo más que una torre de ascensor: se convierte en el nuevo «faro» de la zona. El blanco de la torre es un color tradicionalmente utilizado en muchos faros del archipiélago canario, además de evocar a la espuma del mar en la orilla de la playa, idea que se refuerza con los múltiples círculos impresos en el hormigón. Estos círculos contrastan con la marcada rigidez del diseño y ayudan a suavizar la visión general del conjunto.

Además de por sus cualidades plásticas, el uso de hormigón armado pigmentado ha venido motivado por ser el elemento más resistente y duradero frente a las agresivas condiciones ambientales de la zona: el fuerte ambiente marino inmediato, muy perjudicial para elementos metálicos, el excesivo soleamiento y las altas temperaturas en verano, que desaconsejan el uso de vidrio por el efecto invernadero que puede generar, y la acción conjunta abrasiva del viento y la arena, sobre todo aquellos días que soplan con fuerza los vientos de sur/sureste. Con ello, se logra dar una respuesta formal y constructiva al proyecto a través del uso de un único material, aportando una imagen de unidad a la escalera y el ascensor.

La idea de unidad, en el sentido de conjunto e integración, se refuerza con la disposición de estos elementos en planta: en lugar de concentrarlos en un único punto del ámbito de intervención, se disponen en extremos opuestos del mismo, utilizando como elemento unificador la plaza inferior.

De este modo, la escalera renovada se sitúa en el mismo lugar que la actual, en el borde suroeste del ámbito de intervención, limitando con la rampa de acceso para vehículos al Atlantic Beach Club. Apenas se varía su trazado en planta, pero sí su organización funcional, planteando tramos uniformes de diez peldaños (excepto el último tramo superior, de ocho), con huellas de 30 cm y contrahuellas de 14 cm, y demás requisitos formales y dimensionales cumpliendo con la normativa vigente en accesibilidad. Todo lo contrario a su actual configuración, de múltiples dimensiones y acabados, poco funcional e ineficiente en cuanto a accesibilidad y confort.

La torre para el nuevo ascensor se localiza en el extremo opuesto a la escalera, en la esquina noreste de la actual plaza, en el lindero junto a la EBAR existente, donde a su vez acaba la fachada del edificio municipal. La disposición de la cabina del ascensor, con doble embarque a 90º, hace posible un embarque cómodo desde la plaza superior, y en la plaza inferior, la localización del embarque, enfocado directamente hacia la escalera, el paso de peatones y la playa, es clara y fácilmente reconocible por los usuarios.

La ubicación enfrentada de escalera y ascensor reconfigura la plaza inferior y le otorga un nuevo carácter, pues deja de ser un mero espacio residual de tránsito muy reducido para convertirse en un espacio centralizador y cohesionador, un lugar funcional con un mayor flujo de usuarios. El peatón, indistintamente de su condición física, debe ser el usuario por excelencia de este espacio, y por ello se acaba con el estacionamiento indiscriminado de vehículos en el mismo al delimitar con bolardos la plaza.

Los pavimentos empleados en la plaza y la escalera son los mismos que se vienen empleando estos últimos años en actuaciones similares de renovación del espacio público en el núcleo de Playa del Inglés, lo que confiere al proyecto una sensación de continuidad estética y de integración con esas otras intervenciones dentro de una estrategia formal común.

Por último, como acciones secundarias y complementarias al proyecto, se consideran, por un lado, el saneamiento y pintado de la fachada del edificio municipal, para mejorar su estado y adoptar una nueva gama cromática de colores neutros que suavicen su presencia y ayuden a integrarla a la obra nueva.

Por otro lado, el almacén existente se reconstruye, siguiendo las mismas premisas, utilizando materiales y colores que lo integren en el conjunto. Todo ello, con el objeto de alcanzar una unidad estética y coherente que dé una lectura completa de conjunto de toda la intervención, en la que destaquen los elementos fundamentales del proyecto: la escalera y la torre del ascensor, las dunas y el faro de este extremo de Playa del Inglés.

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